
A más de 65 millones de años de su presunta extinción, los dinosaurios siguen despertando fascinación y también dudas. Mientras la ciencia afirma con precisión cuándo y cómo desaparecieron, cada vez más personas cuestionan si las pruebas disponibles bastan para sostener esa historia.
Según los paleontólogos, la existencia de los dinosaurios se demuestra por los fósiles hallados en distintos continentes, rastros de huesos, huellas, huevos e incluso tejidos fosilizados que permiten datar su antigüedad.
Estas pruebas, aseguran los expertos, se analizan mediante técnicas como la datación radiométrica, un método que calcula la edad de las rocas basándose en la desintegración de elementos químicos como el uranio o el carbono-14.

Con estos estudios, la ciencia ha estimado que los dinosaurios dominaron la Tierra durante unos 165 millones de años, hasta que un asteroide impactó en la península de Yucatán, en México, generando cambios climáticos que acabaron con la mayoría de las especies.
¿Cómo sabemos que los dinosaurios existieron?
Sin embargo, fuera del ámbito científico, existen teorías alternativas que despiertan controversia. Algunos sectores religiosos interpretan los fósiles como restos de otras especies o incluso como formaciones naturales, sosteniendo que la Tierra tiene apenas unos miles de años. Otros movimientos escépticos señalan que la datación geológica podría tener márgenes de error mayores de lo que se reconoce.
En redes sociales, el debate se ha reavivado con preguntas que dividen opiniones: ¿cómo puede la ciencia asegurar fechas tan lejanas sin margen de duda?, ¿realmente todos los dinosaurios se extinguieron o evolucionaron en las aves modernas, como afirman muchos científicos?

Los expertos defienden que la evidencia fósil es contundente, pero admiten que el conocimiento sobre la prehistoria sigue siendo un campo en constante revisión. “La ciencia no se basa en creer, sino en demostrar con pruebas que cualquiera puede analizar”, señalan paleontólogos del Instituto Smithsonian.
Así, entre fósiles, teorías y creencias, los dinosaurios siguen siendo protagonistas de un debate que cruza los límites entre la ciencia, la fe y la imaginación humana.

















