La ciencia lo confirma: dormir con tu amado te hace más sano y feliz

Foto: Estos son los beneficios de dormir con la persona amada /Cortesía
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Aunque para algunas personas dormir solo o acompañado responde principalmente a decisiones personales, la mayoría de los adultos con pareja estable suelen compartir la cama de manera habitual.

Más allá de la comodidad, distintos estudios científicos han demostrado que dormir junto a la pareja puede traer beneficios significativos para la salud física y mental. Estos van desde una mejora en la calidad del sueño hasta un fortalecimiento del sistema inmunológico.

Por ejemplo, investigaciones revelan que las parejas que se acuestan juntas tienden a sincronizar sus horarios de descanso, acostándose y despertándose al mismo tiempo. Este hábito favorece el ritmo circadiano y ayuda a consolidar una rutina de sueño más saludable.

Compartir la cama no solo facilita conciliar el sueño, sino que también mejora su calidad. Se ha comprobado que quienes duermen acompañados experimentan un 10 % más de tiempo total de descanso y periodos más prolongados de sueño REM, la fase más reparadora del ciclo.

Foto: Estos son los beneficios de dormir con la persona amada /Cortesía
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Estos son los beneficios de dormir con la persona amada

Además, disminuyen los despertares nocturnos y las interrupciones, logrando un descanso más profundo y continuo. Incluso se ha observado que las parejas sincronizan inconscientemente sus movimientos y hasta sus ritmos cardíacos.

Dormir al lado de la pareja también estimula la liberación de oxitocina, conocida como la “hormona del amor”. Esta sustancia favorece la relajación, reduce la presión arterial y genera sensaciones de seguridad y bienestar, lo que facilita un sueño más estable.

Al mismo tiempo, disminuye los niveles de cortisol, la hormona del estrés, fortaleciendo las defensas del organismo y mejorando la respuesta inmunológica frente a enfermedades.

De esta manera, compartir la cama no solo promueve la felicidad y reduce el estrés, sino que también contribuye a que el cuerpo produzca más anticuerpos esenciales para enfrentar bacterias y virus. En conclusión, dormir acompañado no es solo un acto de intimidad, sino también una práctica que favorece la salud integral.

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