Ante los juzgados de Managua fue llevado Pablo Antonio García Ruiz, acusado por el Ministerio Público del delito de homicidio imprudente en perjuicio de quien en vida fuera el joven Eddy Emmanuel Mendoza Loáisiga, de 17 años de edad, quien el pasado 29 de julio sufrió un fatal accidente de tránsito en el barrio San Judas, del Distrito III de la capital.
El acusado, de 44 años de edad, conducía una camioneta color blanco, marca Toyota Hilux, aproximadamente a las 10:45 de la noche, circulando de oeste a este, en el carril derecho de la vía, cuando de forma imprudente, y faltando al deber objetivo de cuidado, irrespetó la luz roja del semáforo, cruzando sin la debida precaución.
“Fue en ese momento que impactó de manera violenta la parte lateral izquierda de la motocicleta que conducía la víctima. Debido al fuerte impacto, el adolescente resultó con múltiples escoriaciones y hematomas, además de trauma craneoencefálico severo y trauma cerrado de tórax. Aunque fue trasladado con vida, falleció el pasado domingo 3 de agosto, a causa de las graves lesiones”; según detalló el Ministerio Público.
Supuestamente, el joven se desplazaba a exceso de velocidad, presuntamente participando en una carrera ilegal; lo que también representa una acción temeraria que incrementó el riesgo del desenlace fatal.

Conductor a juicio por accidente en Managua
El rostro de Pablo García reflejaba preocupación y angustia, al momento de conocer que sería detenido en sala por agentes policiales. Tal vez, si ambas partes hubiesen actuado con mayor responsabilidad, esta tragedia que hoy enluta a una familia y angustia a otra, pudo haberse evitado.
“El Ministerio Público acusa hechos, no delitos. Inicialmente, la calificación fue por lesiones imprudentes, pero al confirmarse el deceso de la víctima, se modificó a homicidio imprudente. Por ello se ordena la prisión preventiva del acusado, en espera del juicio oral y público, programado para el próximo 20 de agosto”; expresó la jueza del Segundo Local Penal.
Hay que destacar que una imprudencia al volante puede cambiar de inmediato la vida de dos familias para siempre. La responsabilidad en las vías no es solo obligación legal, sino un acto de conciencia y respeto por la vida de todos.
 
		 
			

















