Dicen que ese hombre no tiene corazón ni alma. Así lo describen a quien, sin piedad alguna, les quitó la vida a los hermanos Julio César Suárez Sánchez y Omar Antonio Suárez Sánchez a balazos, dentro de un bar en Las Delicias, San Francisco Libre. “Pienso que es un asesino que lo hace a sangre fría o que está acostumbrado, porque mató a uno y no se bastó y mató al otro; disparó y como que no había pasado nada”.
Los familiares aseguran que no hubo pelea, ni discusión, ni estaban bebiendo. Uno de los hermanos administraba el bar y el otro le ayudaba en las labores, lo que hace que el crimen sea aún más incomprensible y doloroso. El asesino, identificado como Ramón Antonio Orozco Suárez, huyó como un cobarde llevándose consigo a un rehén.
“En otro medio dijeron que fue una discusión por licor, pero el administrador del bar, que es Julio, ni siquiera estaba tomando; él estaba atendiendo al asesino, y el otro hermano andaba en los baños. Solo se fue donde estaba mi otro hermano Julio caído y le dijo ‘¿por qué lo hiciste?’».
«Le disparó a sangre fría. Estaba otro muchacho que andaba con él (asesino), uno que le dicen ‘Piqui’. Le puso el arma en las costillas y le dijo que se lo llevara de ahí. Tres minutos bastaron para que murieran”, dijo Darwin Josué Suárez Sánchez, hermano de las víctimas.

Juicio contra asesino de los hermanos en San Francisco Libre
Lo peor de todo es que Ramón era suegro de uno de los muertos, lo que hace todo esto aún más macabro. “Nos dimos cuenta de que la propia hija de él (el asesino) le dijo a mi cuñado Omar Suárez que él había matado a su anterior pareja y que tuviera cuidado con su papá. No creímos que fuese cierto. ‘Vos, muchacha, sabes lo que tu papá ha hecho; denúncialo vos también, porque no solo a nosotros nos ha perjudicado, a vos también como persona. ¿Qué clase de padre puede ser ese que mata a su compañero y ahora mata a este también? Ya serían dos’”, dijo Anabel Escobar, cuñada de los fallecidos.
El criminal fue capturado horas después en la comunidad San Roque, a unos 10 kilómetros del lugar donde cometió el crimen.
Y, por si fuera poco, aseguran que Ramón tiene una larga lista de antecedentes en su contra. “Él también cometió un crimen cerca de Siuna; anda con varios nombres, pero el verdadero nombre es Juan Ramón Orozco Jarquín porque él se pone el apellido Suárez. Ahí en la zona, varios amigos cuentan que disparaba tiros por la calle y amenazaba a personas”.
La familia está preocupada porque, al haberse deshecho del arma, teme que eso lo ayude a salir libre durante el juicio que está programado para el 13 de octubre en Tipitapa. “Mi mamá no duerme, usted sabe el dolor en la familia. En mi mente creo que los voy a ver de vuelta como si estuvieran vivos; sufro mucho”, culminó su hermano.
Julio César y Omar Antonio eran hombres humildes, trabajadores y muy queridos en esa comunidad. Uno de ellos dejó a dos niños en la orfandad. La familia aún no encuentra paz ni logra conciliar el sueño.

 
		 
			

















