Negarle el permiso para ir al gimnasio fue el detonante que llevó a la adolescente de iniciales R.V.M., de tan solo quince años, decidiera acabar con la vida de su propia madre. La discusión entre madre e hija comenzó alrededor de la una de la tarde del pasado 22 de mayo, en el barrio Loma Verde del municipio de Tipitapa, y culminó horas más tarde en una tragedia familiar.
R.V.M. le dijo a su madre que ya estaba cansada y que la tenía harta, que no la dejaba vivir, a lo que esta le respondió que; mientras existiera, la iba a cuidar.
La menor de edad ya ha sido presentada en los juzgados de Managua, y según cita la relación de hechos, la adolescente esperó a que su mamá se durmiera tras haber discutido con ella, se fue a la cocina, tomó un cuchillo de la platera y, con toda la intención, ingresó al cuarto de la ahora occisa y le dio varias estocadas en diferentes partes del cuerpo, hasta constatar que estuviera muerta.
De inmediato se fue al baño a quitarse toda la sangre que le quedó en el cuerpo y escondió el cuchillo en una cartera. Posteriormente, se fue a la casa del novio y le dijo a la mamá de este que la dejara usar la letrina, tirando ahí el cuchillo para encubrir lo que había cometido.

Maestra asesinada en Tipitapa, víctima de su propia hija
Pasaron las horas y, ya a eso de las seis de la tarde, regresó a la casa en compañía de una tía, a la que fue a traer a la iglesia; diciéndole que había llegado a su casa y que su mamá estaba muerta, que así la había encontrado.
Fue hasta ese momento en el que se dio aviso a la Policía Nacional, y tras llevarse a cabo las investigaciones; estas arrojaron que había sido su propia hija la que había causado esta desgracia.
En el Complejo Judicial Central de Managua, la acusación fue admitida bajo el delito de parricidio agravado en perjuicio de quien en vida fuera Marisela del Carmen Mora Barbosa, dejando programada para el 28 de mayo la audiencia inicial, donde a detalle serán dadas a conocer las pruebas con las que se probará que fue su propia hija quien acabó con su vida.
«Hasta que deje de existir te voy a dejar de cuidar»; fueron las últimas palabras de doña Marisela a su hija antes que esta le quitara la vida.

 
		 
			

















