No fueron los achaques de la edad, ni sus condiciones de salud las que le arrebataron la vida a don Marcelino Antonio Gutiérrez Hernández, de 84 años, sino un violento accidente de tránsito, frente a su propia casa, en el barrio San Judas.
El adulto mayor salió a comprar un café a un negocio cercano y, al cruzar la calle apoyado en un bastón, fue embestido violentamente por una motocicleta cuyo conductor circulaba de sur a norte a alta velocidad. La fuerza del impacto fue tal que arrastró al adulto mayor 18 metros. El hecho quedó registrado en las cámaras de seguridad de una casa cercana.
«Que se haga justicia, un carro le dio pasada, pero el de la moto no, ni siquiera frenó. Necesitamos que se haga responsable, porque aquí está esa escuela y no tiene por qué andar a esa velocidad, más ahorita que tienen que andar a 40 kilómetros por hora», dijo Azalia Gutiérrez Ortega.
«Él abrazó a mi tía y le dijo: ‘No te levantes’, él le dijo: ‘No te levantes, yo voy a ir por el café’, porque ahí es hecho el cafecito, el café quedó tirado, ni se lo disfrutó»; dijo Martha Silva, sobrina del fallecido.
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«Me encanta que estén haciendo estas leyes de los límites de velocidad porque estas muertes deben de parar».
En un intento por salvar su vida, familiares lo trasladaron al hospital Vélez Paiz, donde horas después falleció.
La bondad, el servicio y la dedicación que tenía don Marcelino quedan en la memoria de su esposa, una señora también de la tercera edad. «Aún con vida en el hospital me dijo que cuidara a mi mamá, que se les dijera a sus nietos que no anduvieran en la calle, después ya se puso mal, tenía quebradura en la pelvis, golpes en los brazos y le dio un paro», continuó Azalia.
«Justicia pido, que no se quede impune, era bueno conmigo, nunca me trató mal, amor aquí, amor allá, aún viejito tenía esa costumbre»; dijo su esposa y ahora viuda, Daysi Ortega Ramírez.
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«Aquí hacen hasta tres carriles, pasan rápido y no les importa nada, motos adelantando»; señaló Silva.
Hoy se realizará la vela en su casa y mañana se llevará a cabo su entierro. La velocidad no siempre es la mejor opción. Es importante que cada conductor tome conciencia del daño que puede hacerse a sí mismo y a otras personas si no se circula con precaución.
Supuestamente, el motociclista se encuentra en el Hospital Militar con golpes en su cuerpo.
