Todo inició en una ingesta de licor entre dos primos. Al acabarse la bebida y ante la negativa de ir a comprar más, provocó que don Félix Agustín Mendoza García le diera un machetazo en la cabeza a Donald José Mojica Mendoza, luego de que este último le golpeara al sobrino. El hecho, que ocurrió en Villa El Carmen, Managua; el pasado 27 de noviembre.
Este hecho lo ha tenido tras las rejas por el delito de homicidio en grado de frustración; mismo del que este viernes decidió asumir su responsabilidad.
«Me declaro culpable, señora juez. Nadie me está obligando a decirlo, lo hago porque es lo mejor»; dijo Félix Mendoza García, durante el control de legalidad.
La juez Irma Laguna, del Juzgado Primero Distrito Penal de Juicio, lo declaró culpable y terminó de manera anticipada el juicio que se llevaría a cabo ante lo expuesto por el reo.
Esta decisión la tomó junto a su defensora para poder optar a una pena mínima; sumándole su arrepentimiento y que nunca había tenido ningún problema con la ley.
Tragos violentos en Managua
Se realizó la audiencia de debate de pena, momento en el que el representante del Ministerio Público hizo la solicitud de 7 años de prisión, mientras que la doctora Carla Pérez, defensa técnica de Félix, pidió 5 años, tomando en cuenta que por voluntad propia decidió admitir los hechos.
La defensora también pidió a la juez que la pena fuera suspendida, ya que, además de admitir el hecho, este señor de 62 años de edad nunca había tenido problema alguno con la justicia de nuestro país.
Fue esa tarde del 27 de noviembre que la vida para don Félix dio un giro rotundo, pues se puso a beber licor con su sobrino y su primo, quien después de una discusión se convertiría en su víctima.
El agredido le dijo al sobrino de Félix que fuera por más bebidas alcohólicas, pero este le dio un rotundo no, lo que molestó a Donald y agredió con un golpe el rostro de este, momento en el que Félix, su tío, reaccionó y con el machete que portaba lo agredió en la cabeza.
El ser parientes no impidió que se generara esta situación que de milagro no acabó en tragedia. Ahora, este señor apela a la voluntad de la juez; quedando a la espera de su sentencia y deseando que la misma sea suspendida.
