Ha surgido un nuevo dato en el caso de Matagalpa. “Lo siento, perdón, ya no podía más, me disculpo por esto, pero si ya no estoy yo, ¿con quién quedarían ellos?” Fue el mensaje escrito con un marcador color rojo en la pared de su vivienda, por María Guadalupe Vílchez, antes de que sus dos hijos fueran encontrados muertos en su cama.
Los hermanitos Flores Vílchez apenas tenían cinco y tres añitos, y vivían solos con su madre, en el barrio Linda Vista, en el municipio El Tuma-La Dalia, departamento de Matagalpa.
El dictamen de Medicina Legal determinó que murieron por asfixia por estrangulamiento. Los cuerpecitos de los hermanitos fueron encontrados uno al lado del otro.
La madre, de 25 años, está bajo custodia policial y siendo evaluada por psiquiatras del Ministerio de Salud (MINSA); quienes confirmaron que la mujer ya había sido atendida por antecedentes de desorden mental, manifestaciones neurológicas, cefalea y neuralgia.

Deja mensaje antes de acabar con la vida de sus hijos en Matagalpa
Desde la perspectiva psicológica, según una especialista, este tipo de hechos suele ser el resultado de una combinación compleja de factores mentales, emocionales y sociales.
“Para llegar a un desenlace tan fatal como este, de una manera fría, la persona con psicopatía no tiene empatía, no tiene dolor, carece de conexiones emocionales. Habría que ver también si no hay una esquizofrenia; donde esta persona pudo haber escuchado voces, visto cosas o tener una surrealidad de lo que estaba pasando alrededor de ella”; expresó la psicóloga Alba Roni.
Este hecho ha despertado nuevamente el debate sobre la salud mental y la urgente necesidad de mayor atención y acompañamiento para personas en situación de vulnerabilidad emocional.



















