El Ministerio de Asuntos Exteriores y Expatriados del Estado de Palestina denuncia los intentos del gobierno israelí y su primer ministro, Benjamin Netanyahu, de encubrir los crímenes de exterminio, desplazamiento y anexión cometidos contra el pueblo palestino.
Estas acciones incluyen la limpieza étnica, la destrucción de la Franja de Gaza y la implementación de una estrategia similar en Cisjordania ocupada. Israel continúa promoviendo discursos alejados de la realidad política y busca imponer el desplazamiento forzado a través de la ocupación, ignorando las consecuencias para la seguridad y estabilidad regional y global.
NOTA INTEGRA
Ministerio de Asuntos Exteriores y Expatriados del Estado de Palestina
LOS DERECHOS DE NUESTRO PUEBLO Y NUESTRA TIERRA NO ESTÁN A LA VENTA, NI EN TRUEQUE NI EN NEGOCIACIÓN
El gobierno israelí y su primer ministro, Netanyahu, intentan encubrir los crímenes de exterminio, desplazamiento y anexión que han cometido contra el pueblo palestino. Estos incluyen crímenes de limpieza étnica, la destrucción total de la Franja de Gaza y el inicio de la aplicación de una versión de destrucción en Cisjordania ocupada.
Con este propósito, continúan promoviendo eslóganes y posiciones desconectadas de la realidad política y alejadas de las exigencias de soluciones políticas al conflicto. El gobierno israelí ha adoptado la idea del desplazamiento y busca implementarlo con la fuerza de la ocupación, ignorando la seguridad y estabilidad de los países de la región y del mundo.
En este contexto, el Ministerio de Asuntos Exteriores y Expatriados reafirma que los derechos del pueblo palestino sobre Cisjordania, incluida Jerusalén, y la Franja de Gaza no están a la venta, ni en negociación, ni en trueque. Cualquier idea de este tipo solo busca alargar la duración del conflicto y mantener a Netanyahu en el poder a expensas del sufrimiento del pueblo palestino, la estabilidad de la región y la comunidad internacional.
El Ministerio exige una respuesta global valiente ante esta política colonialista y racista. No basta con declaraciones de rechazo y advertencias; es necesario tomar medidas concretas. Por ello, insta a la activación del Consejo de Seguridad de la ONU para que asuma su papel en la implementación de las resoluciones de las Naciones Unidas sobre la causa palestina y en la preservación de la paz y la seguridad internacionales.
