Un año más, la imagen de Santo Domingo de Guzmán fue recibida con fervor y devoción por miles de promesantes en la capital. La tradicional “bajada” inició la mañana del 1 de agosto desde la iglesia de Las Sierritas hacia su destino final: la iglesia de Santo Domingo en la vieja Managua.
Desde muy temprano, miles de fieles de todas las edades acompañaron la diminuta imagen al ritmo de chicheros, promesas cumplidas y expresiones de alegría que han convertido esta tradición en una de las más importantes del país.
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«Ya llevo 28 años pagando esta promesa que Minguito me cumplió a mí y a mi familia. Estamos felices y con mucha salud, y fue un milagro, porque yo tenía muy enfermo a mi hijo y ahora ya es un hombre grande. Todos los años vengo con mi hijo y mi réplica a bailarle a mi santito lindo»; expresó la señora Flor López, devota.
Los fieles recibieron al santo en su camino hasta la Rotonda de Cristo Rey, donde se entregó la estatua a los cargadores de Chema Pelón, quienes lo llevarán en su trayecto hasta la iglesia.

«Bailamos con devoción a Santo Domingo»
«Nosotros, los cargadores parroquianos, lo traemos desde Las Sierritas y le bailamos con devoción, con fervor a Minguito. Él a mí y a mi familia nos hizo un milagro que solo él y yo sabemos cuál es, pero todos los años vengo y lo cargo, lo bailo por fe, por devoción y por amor a mi santo patrono»; comentó Francisco Jarquín, joven devoto cargador del santo.
En 140 años, Santo Domingo de Guzmán continúa desbordando la fe de los managuas; quienes entre oraciones, plegarias y danza continúan con esta hermosa tradición.

 
		 
			

















