Santo Domingo de Abajo se enrumbó hacia Managua en una de las muestras de fe del pueblo nicaragüense. Año con año, miles de devotos se desbordan con alegría, música y tradición para acompañar al “santito de los pobres”; como cariñosamente lo llaman, en su recorrido lleno de promesas, bailes y agradecimientos.
Desde tempranas horas de la mañana, los promesantes se dieron cita para iniciar la tradicional procesión que recorre calles y barrios de Ciudad Sandino hasta la iglesia Cristo del Rosario. Entre chicheros y bailes, las familias le venían pagando la promesa de la cual fue recibida; expresando su gratitud por favores concedidos o como parte de la devoción heredada de generación en generación.
«Año con año bajamos a Santo Domingo de Abajo rumbo a Managua, a la iglesia Cristo del Rosario. Ya tengo 15 años y, como parte del comité de cargadores, ya tengo 3 años»; detalló Juan Centeno, cargador de Santo Domingo de Abajo.
En esta festividad, se notó también la presencia activa del comercio popular. A lo largo del recorrido, fue notoria la afluencia de comerciantes ofreciendo sus productos, desde bebidas tradicionales y comidas típicas; hasta recuerdos religiosos, sombreros y pañuelos con la imagen del santo.

Alegría con Santo Domingo de Abajo
Por su parte, Maydi Vega señaló que lleva 19 años pagando su promesa: «Me ha sanado. Cuando estaba chiquita, recién nacida, tragué líquido, y llevo pagándole promesa 19 años», finalizó.
Asimismo, Guadalupe Valle expresó los años de promesa que lleva su mamá: «Mi mamá lleva 30 años, desde que yo tenía 3 meses de nacida fue que ella me comenzó a traer aquí. Primero era su mamá, después ella recibió un favor por mí, y ahorita ella viene por un favor que acaba de recibir gracias a Santo Domingo».
Por otro lado, Katty Sandigo resaltó que año con año visita la tradicional bajada de Santo Domingo de Abajo: «Año con año vengo, y que gracias a Dios mi hija está bien. Llevo 4 años pagando promesa».
Seguridad en el recorrido

La Policía Nacional se hizo presente para resguardar la seguridad de los promesantes, garantizando el orden y la circulación en las distintas calles por donde pasaba la imagen.
También estuvieron presentes los Bomberos Unidos, quienes brindaron acompañamiento permanente y atención prehospitalaria ante cualquier emergencia o complicación de salud de los devotos; especialmente por las altas temperaturas y el esfuerzo físico del recorrido.
La procesión de Santo Domingo de Abajo rumbo a Managua marca uno de los momentos más significativos de las festividades agostinas, fortaleciendo la identidad cultural y espiritual del pueblo nicaragüense. Con cada paso, los fieles renuevan su fe y mantienen viva una tradición que une a familias, barrios y generaciones enteras.


















