La televisión ha cambiado mucho con el paso de los años, especialmente desde la llegada y el cambio de paradigma que significan las redes sociales en la convivencia humana. Aun así, sigue siendo el medio masivo más importante, y los canales de televisión saben que un buen presentador o presentadora es vital para ganar el respeto de la audiencia.
Hace 10 o 15 años, el estilo que debía llevar un presentador era más formal y su entonación específica. La dicción y vocalización seguían un patrón que debía respetarse sí o sí.
Ahora, con la democratización de la información a través de las plataformas sociales, esto ha cambiado. Por más que lo tradicional sigue siendo la base para la longevidad y credibilidad, eso no significa que se deban ignorar las nuevas tendencias.
Por eso, la formación de los nuevos profesionales de la comunicación —tanto en periodismo puro como en presentación para televisión— se está adaptando a estas nuevas realidades.

Formación del profesional de la comunicación
Es importante entender que esta profesión, además de enfrentar una evolución tecnológica constante, se enfrenta a retos fundamentales. Por ejemplo, hoy cualquiera con un celular puede grabar y publicar contenido, lo que ha generado saturación informativa y pérdida de valor en la información.
Además, para quienes se plantean estudiar periodismo o formarse como presentadores, es fundamental reconocer que esta carrera no se limita a los medios tradicionales. Existen múltiples campos para desarrollarse: comunicación digital, producción audiovisual, emprendimientos freelance, entre otros.
En Latinoamérica, muchos que se forman en carreras afines sueñan con presentar en televisión. Eso está bien, pero en la práctica hay que aprender varias habilidades. No basta con un solo enfoque.
Por ejemplo, un presentador o presentadora debe saber reportear, tener conocimientos de edición y montaje, dominar estilos de locución y otras bases que le permitan ser multifuncional. En la era moderna, o te adaptas así, o una IA puede suplantar parte de tu trabajo.

Ser presentador es más que verse y hablar bien
En este contexto, la adaptación tecnológica es clave. Herramientas como la inteligencia artificial son aliados que debemos aprender a usar inteligentemente; pero sin sacrificar nuestro criterio ni ética profesional.
Ser un buen presentador o presentadora hoy implica mucho más que un buen estilo o buena dicción. No se trata solo de verse bien, sonreír y hablar con fuerza. Es observar, escuchar y, sobre todo, construir una credibilidad sólida en un mundo saturado de información.
También implica generar una voz propia, no simplemente repetir patrones que vemos en otros. Encontrar tu estilo personal crea conexión con la audiencia y representa al medio que te confió el rostro de su mensaje.
Muchos sueñan con una oportunidad, pero quizás cuando la encuentran no la aprovechan completamente.
Si esa chance llega, aprovecha cada espacio para absorber, aprender y construir un estilo propio, respetando las técnicas tanto del periodismo tradicional como del moderno. Esas son las claves para triunfar en este mundo.
 
		 
			

















