Un tsunami provocado por un sismo de magnitud 8.8 sacudió este miércoles la costa de la península rusa de Kamchatka, generando inundaciones en la ciudad de Severo-Kurilsk, según informó el Ministerio de Emergencias de Rusia.
Además del impacto inicial, el movimiento telúrico desató la erupción del volcán Kliuchevskói, mientras se activaban alertas en todo el Océano Pacífico.
- Te puede interesar: Terremotos, tsunamis y alerta mundial: ¿El apocalipsis comenzó?
Pero, ¿qué es realmente un tsunami? Más allá de una simple ola gigante, es una serie de olas sísmicas que pueden viajar a más de 800 km/h, capaces de arrasar ciudades enteras. Cuando estas olas llegan a la costa, su velocidad disminuye pero su altura y potencia destructiva se multiplican.
Este fenómeno nos recuerda otros tsunamis históricos que marcaron al mundo: el del Océano Índico en 2004, que dejó más de 225.000 muertos; el de Lisboa en 1755, que inspiró debates filosóficos sobre el mal y la naturaleza; o el de Tōhoku en 2011, que además causó el desastre nuclear de Fukushima.

Erupción volcánica y tsunamis
Los tsunamis no solo destruyen infraestructuras y ecosistemas, también dejan cicatrices emocionales y económicas profundas. Por eso, la clave está en la prevención, la educación comunitaria y la alerta temprana mediante sensores sísmicos y boyas oceánicas.
Hoy más que nunca, la naturaleza nos recuerda que, aunque impredecible, con conocimiento, tecnología y cooperación internacional, podemos estar mejor preparados.

 
		 
			

















