Joven de 19 años muere tras brutal práctica de rugby en Nueva Zelanda

Foto: Joven muere en Palmerston North, Nueva Zelanda/Cortesía
Foto: Joven muere en Palmerston North, Nueva Zelanda/Cortesía

Ryan Satterthwaite, de tan solo 19 años, murió tras sufrir una lesión cerebral catastrófica durante una práctica de contacto físico improvisada en Palmerston North, Nueva Zelanda. El joven participaba en un enfrentamiento conocido informalmente como “corre derecho” (run it straight), una actividad que consiste en que dos personas corren a máxima velocidad la una contra la otra en una especie de duelo físico sin protección ni equipamiento.

Durante la colisión, Ryan recibió un golpe directo en la cabeza que lo dejó gravemente herido. Fue trasladado con urgencia a un hospital cercano, pero falleció al día siguiente a causa del traumatismo craneoencefálico.

Este tipo de prácticas, aunque en algunos contextos deportivos podrían parecer una demostración de fuerza o resistencia, carecen de toda supervisión profesional y normas básicas de seguridad, lo que las convierte en una trampa mortal para quienes las ejecutan sin preparación ni protección adecuada.

Expertos en salud y neurología han advertido en repetidas ocasiones sobre los peligros de los choques frontales sin control; especialmente en jóvenes cuyo cuerpo aún se encuentra en desarrollo. El daño cerebral, las conmociones severas y las secuelas neurológicas irreversibles son consecuencias comunes de este tipo de impactos.

Foto: Joven muere en Palmerston North, Nueva Zelanda/Cortesía
Foto: Joven muere en Palmerston North, Nueva Zelanda/Cortesía

Juego termina con la muerte de un joven en Nueva Zelanda

La Policía neozelandesa ha iniciado una investigación sobre el caso, aunque confirmó que no se tratará como un hecho criminal; dado que fue una actividad realizada entre conocidos y sin intención violenta directa. Aun así, el fallecimiento ha generado una fuerte conmoción en la comunidad y ha reabierto el debate sobre los límites del contacto físico en juegos informales.

La familia de Ryan ha pedido respeto y privacidad en este difícil momento, mientras diversos sectores del país piden mayor conciencia; y educación para evitar que otra tragedia como esta se repita.

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