Las intensas lluvias monzónicas han provocado una grave emergencia en la provincia de Khyber Pakhtunkhwa, al norte de Pakistán, este viernes 15 de agosto.
Inundaciones repentinas, deslizamientos de tierra y tormentas eléctricas han devastado comunidades enteras, dejando un rastro de destrucción y obligando a las autoridades a desplegar operaciones de rescate a gran escala.
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Los distritos más afectados son Buner, Bajaur, Battagram y Mansehra. El gobierno local ha declarado el estado de emergencia en varias zonas, mientras helicópteros y equipos de rescate intentan llegar a áreas incomunicadas.
En Buner, las inundaciones sumergieron barrios enteros, destruyendo viviendas e infraestructura crítica, incluyendo una mezquita.

Crisis climática en Pakistán
Un helicóptero que transportaba ayuda humanitaria hacia Bajaur se estrelló en la zona montañosa de Changi Banda debido a las fuertes lluvias. El gobierno confirmó la muerte de todos los ocupantes y decretó un día de luto nacional. Las condiciones climáticas adversas dificultan las labores de búsqueda, sobre todo en regiones sin acceso vial ni cobertura de red móvil.
Según la Autoridad Provincial de Gestión de Desastres (PDMA), cerca de 200 personas han fallecido y más de 12.000 han sido desplazadas. Se reporta la destrucción parcial o total de más de 3.500 viviendas, además de la pérdida de cultivos y ganado, agravando la crisis humanitaria.
Las autoridades instan a la población a permanecer en resguardo, evitar desplazamientos y seguir únicamente canales oficiales.
En zonas remotas como Lower Dir y Gilgit-Baltistán, los derrumbes complican aún más el acceso. Equipos de emergencia recorren caminos intransitables para asistir a los sobrevivientes.
El primer ministro Shehbaz Sharif ha ordenado acelerar las labores de rescate, mientras las cifras de daños siguen aumentando. Se espera un panorama más claro cuando las aguas desciendan.


















