El reciente robo ocurrido en el Museo del Louvre de París ha generado preocupación y sorpresa no solo por la audacia del crimen, sino por una revelación inesperada: las joyas robadas no estaban aseguradas.
Según explicó Romain Dechelette, presidente de una aseguradora especializada en arte, el Estado francés es «autoasegurado«, lo que significa que asume directamente los riesgos de pérdida, robo o daño de los bienes pertenecientes a sus museos nacionales.
El robo, que ocurrió el domingo por la mañana y duró apenas siete minutos, fue ejecutado por delincuentes que sustrajeron valiosas joyas de la época de Napoleón y la emperatriz Eugenia, incluyendo un collar, un broche y una tiara.
La policía francesa está investigando el caso, mientras que el Ministerio de Cultura ha declarado que no se recibirá indemnización alguna, ya que el valor de los objetos es «patrimonial e histórico, por lo tanto, inestimable«.

El gobierno francés confirmó que no habrá indemnización por las joyas sustraídas
Expertos del mercado de seguros coinciden en que asegurar toda la colección del Louvre sería prácticamente imposible. Charlie Horrell, director de Bellas Artes en la aseguradora Marsh, señaló que dicha colección; con piezas emblemáticas como la Mona Lisa o la Gran Esfinge de Tanis, cuyo valor no puede ser cuantitativo con precisión.
Generalmente, los museos optan por asegurar joyas solo son trasladan o En préstamo. En sus sedes permanentes, como en este caso, el Estado asume el riesgo por el alto costo que implicaría una cobertura total; especialmente cuando la tasa de siniestros es baja.
El robo pone en evidencia los desafíos que enfrentan incluso los museos más prestigiosos del mundo en materia de seguridad y gestión de patrimonio cultural.
 
		 
			

















