El “cachetazo” de Macron y su esposa que recorrió el mundo

Foto:Brigitte rechaza el brazo de Macron tras golpecito en la cara/Cortesía
Foto:Brigitte rechaza el brazo de Macron tras golpecito en la cara/Cortesía

Las cámaras lo captaron y no hubo Photoshop que lo salve. Emmanuel Macron, presidente de Francia, quedó en evidencia cuando su esposa, Brigitte Macron, lo apartó de un leve manotazo en el rostro justo antes de descender del avión presidencial en Hanói, Vietnam. El gesto fue sutil, pero cargado de simbolismo. Macron sonrió, como si nada pasara, pero ya era demasiado tarde: el mundo lo había visto todo.

Francia, cuna de la Revolución, del existencialismo y del pensamiento ilustrado, hoy tiene como líder a un presidente más cercano al guion de un reality europeo que al de un estadista. Macron, que cita a Camus mientras esconde relojes de lujo en entrevistas, ahora suma un nuevo episodio a su historial de contradicciones públicas: una bofetada cariñosa o no ante las cámaras del mundo.

El hecho ocurrió cuando la pareja presidencial descendía de la aeronave. Brigitte, visiblemente incómoda, lo empujó levemente en la cara. Macron, al ver a la prensa, reaccionó con una sonrisa automática. Al llegar a la escalerilla, intentó ofrecerle el brazo a su esposa, quien lo rechazó con frialdad.

El Palacio del Elíseo primero sugirió que las imágenes eran falsas, incluso generadas por inteligencia artificial. Sin embargo, al confirmarse su veracidad, intentaron minimizar el hecho, calificándolo como un “gesto de complicidad matrimonial”.

Foto:Brigitte rechaza el brazo de Macron tras golpecito en la cara/Cortesía
Foto:Brigitte rechaza el brazo de Macron tras golpecito en la cara/Cortesía

Brigitte rechaza el brazo de Macron tras golpecito en la cara

Las redes sociales no tardaron en estallar. Usuarios compararon el gesto con una metáfora viva de lo que muchos sienten hacia su liderazgo. Detrás de esa sonrisa presidencial, dicen algunos, hay un país desconectado de su pueblo.

Hace semanas, Macron fue criticado por ocultar un reloj de 80.000 euros durante una entrevista sobre el sufrimiento del “trabajador promedio”. Luego, por sus comentarios morales sobre el uso de papel para fumar entre los jóvenes. Ahora, una escena que deja una nueva herida en su imagen.

Mientras intenta reinsertar a Francia en la arena geopolítica del sudeste asiático, muchos en su país ven a un presidente que pierde autoridad incluso en su vida personal. La política internacional se endurece, y Macron, cada vez más, parece un actor de papel en un escenario que exige sustancia.