El reciente asalto de fuerzas israelíes a un barco de la Flotilla de la Libertad ha generado una ola de indignación internacional. La embarcación, de nombre Handala, formaba parte de una misión humanitaria destinada a romper el bloqueo impuesto a la Franja de Gaza y entregar ayuda esencial a la población palestina. La operación israelí, llevada a cabo en aguas internacionales, ha sido duramente criticada por activistas y defensores de los derechos humanos, quienes la califican como un acto ilegal y una grave violación del derecho internacional.
En videos difundidos por medios internacionales, se observa a comandos israelíes abordando violentamente el barco, que se encontraba a cientos de kilómetros de la costa. Los tripulantes, en su mayoría activistas pacíficos; aseguran que no ofrecieron resistencia y que su única intención era llevar suministros médicos y alimentos a una población asediada desde hace años.
El gobierno israelí sostiene que tiene derecho a interceptar embarcaciones que intenten romper el bloqueo marítimo impuesto a Gaza; bajo el argumento de seguridad nacional. Sin embargo, organizaciones como la Freedom Flotilla Coalition denuncian que se trata de un acto de piratería y una agresión premeditada contra civiles desarmados que actuaban dentro de un marco legal y legítimo.
🚨 BREAKING —
The moment the Israeli army stormed the Hanthala ship, which was heading to break the siege on the Gaza Strip. pic.twitter.com/QK66f689FT— China in English (@ChinainEnglis) July 26, 2025
El asalto ha encendido las alarmas en la comunidad internacional. Países como Noruega, España y Sudáfrica han solicitado explicaciones al gobierno israelí y han exigido la liberación inmediata de los activistas detenidos. Por su parte, la ONU recordó que diversas resoluciones califican el bloqueo a Gaza como ilegal y exigió garantizar el paso de ayuda humanitaria sin obstáculos.
Activistas condenan presunto ataque de Israel a misión humanitaria en Gaza
La acción contra la Flotilla de la Libertad revive viejos recuerdos del asalto al Mavi Marmara en 2010; donde murieron diez activistas. Hoy, nuevamente, el mundo observa con preocupación cómo se reprime la solidaridad hacia una población bajo asedio.


















