Este domingo, cerca de 29 millones de polacos están llamados a las urnas en unos comicios presidenciales que enfrentan al gobierno liberal y proeuropeo de Donald Tusk contra la oposición conservadora del partido Ley y Justicia (PiS).
Más de 32.000 colegios electorales abrieron sus puertas a las 07:00 hora local (05:00 GMT); en una jornada que podría definir el futuro político del país.
La jornada se llevará a cabo bajo un riguroso «silencio electoral» que se inició a la medianoche del viernes al sábado, prohibiendo la divulgación de sondeos; la propagación de mensajes políticos, cualquier forma de perturbación y la ubicación de afiches vinculados a las elecciones, bajo una sanción de hasta 230.000 euros.
De esta manera, se extenderá hasta las 21:00 hora local (19:00 GMT); cuando se revelarán los primeros resultados de las encuestas a pie de urna.
Przed nami niezwykle ważna decyzja – wybory Prezydenta Rzeczypospolitej Polskiej.
Wybierając Prezydenta, nie wskazujemy tylko Głowy Państwa – wyznaczamy kierunek, w którym będzie podążać Polska.
Wybieramy strażnika suwerenności i bezpieczeństwa państwa, który powinien działać i…
— Andrzej Duda (@AndrzejDuda) May 16, 2025
Polonia en jornada electoral histórica
Los 13 candidatos se presentan a las elecciones, aunque los dos principales favoritos son el alcalde de Varsovia, Rafal Trzaskowski; respaldado por la coalición gubernamental de Tusk, y el ultraconservador Karol Nawrocki, respaldado por el PiS.
Los sondeos conceden al primero un 31,4 por ciento de la preferencia electoral, mientras que a su oponente, un historiador nacionalista; un 25,6 por ciento. Por lo tanto, no se anticipa que ninguno de los dos exceda el 50 por ciento más uno requerido para evitar una segunda vuelta, que tendría lugar el próximo 1 de junio.

Se anticipa que la asistencia sea parecida al 64 por ciento logrado en los comicios de 2020, donde Andrzej Duda renovó su cargo como jefe de Estado de Polonia.
La alta participación refleja la polarización del electorado, dividido entre quienes apoyan el europeísmo y las reformas liberales y quienes defienden un nacionalismo conservador


















