La cantante mexicana Paulina Rubio protagoniza un nuevo capítulo en la larga disputa legal con su exesposo, el empresario español Nicolás Vallejo-Nájera, conocido como Colate. Esta vez, Rubio acudió ante una jueza en el estado de Florida para denunciar que Colate mantiene a su hijo adolescente, Andrea Nicolás, “secuestrado” desde hace más de un mes, luego de su ceremonia de graduación el pasado 5 de junio.
En la audiencia, Paulina expresó su preocupación por el bienestar emocional de su hijo, asegurando que no lo ha podido ver ni comunicarse libremente con él desde esa fecha.
Según su testimonio, Colate lo retuvo sin su consentimiento y ha influido en el menor de manera negativa. “Creo que están programando a Nico”, declaró la artista ante la jueza, aludiendo a una supuesta manipulación emocional por parte de su expareja.
Rubio también negó de forma tajante haber ejercido violencia física o psicológica contra su hijo, como ha sugerido Colate en varias ocasiones.
Paulina Rubio rompe el silencio y denuncia manipulación
Por su parte, Vallejo-Nájera afirmó que tomó la decisión de llevarse al menor para protegerlo de lo que describió como un ambiente “tóxico” y “peligroso” en casa de su madre. “Mi hijo está pasando por el peor momento de su vida”, afirmó Colate, defendiendo sus acciones como necesarias para resguardar la salud mental del adolescente.
La situación ha generado una fuerte controversia, ya que la guardiana legal asignada por la corte presentó un informe en el que detalla que Andrea Nicolás sufre de ansiedad. Sin embargo, la representante legal de Paulina Rubio, Sandra Hoyos Mejía, desestimó los señalamientos de Colate; y argumentó que no hay evidencia concreta de maltrato por parte de la cantante.
Tras escuchar los argumentos de ambas partes, la jueza determinó que el menor debe ser devuelto de inmediato a la custodia de su madre, reestableciendo temporalmente la situación legal previa al conflicto.
El caso ha llamado la atención de los medios debido al historial de disputas legales entre Rubio y Colate; quienes llevan más de una década enfrentándose en tribunales por la custodia y crianza de su único hijo en común.
