Bad Bunny convierte el Coliseo de Puerto Rico en símbolo global de orgullo boricua

Foto: Puerto Rico vibra con el cierre de la histórica residencia de Bad Bunny/Cortesía
Foto: Puerto Rico vibra con el cierre de la histórica residencia de Bad Bunny/Cortesía

Bad Bunny cerró este sábado su histórica residencia musical en Puerto Rico titulada “No me quiero ir de aquí” con un concierto adicional, el número 31, en el Coliseo de Puerto Rico. El espectáculo se vivió como celebración colectiva gracias a Amazon Music en toda la isla.

El evento coincidió con el octavo aniversario del huracán María y tomó un carácter simbólico al unir a Puerto Rico a través de la música y la cultura. Bad Bunny inició su repertorio con “Alambre Púa”, tema con instrumentos autóctonos de la bomba, seguido de éxitos que encendieron al público.

La puesta en escena incluyó colaboraciones con artistas como Rainao, Jowell y Randy, Ñengo Flow, Arcángel y el grupo Los Pleneros de la Cresta, que aportaron ritmos de plena. Uno de los momentos más emotivos llegó con la aparición de Marc Anthony, quien interpretó “Preciosa”, himno musical de la identidad puertorriqueña.

El impacto superó lo artístico, la residencia dejó 713 millones de dólares, casi el doble de lo previsto, según Gaither International. Restaurantes, hoteles, comercios y servicios de transporte se beneficiaron del flujo constante de visitantes y turistas atraídos por la serie de conciertos. Refuerza el papel de la música como motor económico regional.

Foto: Puerto Rico vibra con el cierre de la histórica residencia de Bad Bunny/Cortesía
Foto: Puerto Rico vibra con el cierre de la histórica residencia de Bad Bunny/Cortesía

Puerto Rico vibra con el cierre de la histórica residencia de Bad Bunny

Más allá de las cifras, la residencia consolidó un fenómeno sociocultural. Bad Bunny usó cada show para reafirmar el orgullo boricua y visibilizar a Puerto Rico. El público, tanto local como internacional, encontró en estas noches un espacio para celebrar su cultura, su música y su resiliencia tras años de desafíos.

El artista también envió un mensaje de responsabilidad colectiva; “Todo el que esté aquí y sea boricua tiene que hacerse sentir, porque nos está viendo el mundo entero”. Su llamado resonó en una audiencia que coreó con fuerza cada canción.

Con “No me quiero ir de aquí”, la primera residencia musical en Puerto Rico, Bad Bunny marcó un hito cultural y económico. Ahora se alista para su gira mundial «Debí Tirar Más Fotos», que recorrerá Latinoamérica, Europa y Asia; consolidando su estatus como uno de los artistas más influyentes.

EL TIEMPO.