
El Presidente Donald Trump anunció el despliegue de la Guardia Nacional en el condado de Los Ángeles, en respuesta al aumento de protestas y disturbios por los operativos migratorios del ICE. La decisión se tomó tras dos días consecutivos de enfrentamientos entre manifestantes y agentes federales, particularmente en la zona de Paramount; donde se realizaron redadas que resultaron en la detención de al menos 65 trabajadores.
Tom Homan, conocido como el «zar de la frontera», declaró a Fox News que la medida busca hacer más segura la ciudad y criticó la postura de la alcaldesa Karen Bass. Homan afirmó que no se disculparán por aplicar la ley. Por su parte, Trump acusó a las autoridades locales de no poder controlar los disturbios, y afirmó en su red Truth Social que el gobierno federal intervendrá si es necesario para detener los saqueos y la violencia.
La secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, respaldó los operativos del ICE y advirtió que quienes agredan a agentes federales serán procesados con rigor. También se reportó que durante los operativos los agentes emplearon tácticas militares para controlar a los manifestantes, entre ellas el uso de gases lacrimógenos; detenciones masivas y el traslado de detenidos en camionetas sin distintivos oficiales.

Trump militariza Los Ángeles en plena crisis migratoria
Activistas denunciaron que a muchos de los arrestados se les negó el acceso a representación legal, lo que intensificó las protestas. Frente a un parque industrial, manifestantes bloquearon el paso de vehículos federales, lo que desencadenó una violenta represión. Las consignas como “fuera ICE” se repetían constantemente; reflejando el rechazo generalizado hacia las políticas migratorias aplicadas.
El caso de David Huerta, presidente del Sindicato Internacional de Empleados de Servicios de California, quien fue herido y detenido mientras documentaba una redada; añadió más tensión al escenario.
Desde la Casa Blanca, funcionarios defendieron los operativos y responsabilizaron a los líderes demócratas de California por permitir que la situación se saliera de control. Tricia McLaughlin, subsecretaria del Departamento de Seguridad Nacional, acusó a los manifestantes de cometer actos vandálicos y agredir físicamente a agentes del ICE; pidiendo a la alcaldesa Bass tomar medidas inmediatas para frenar la violencia.
La situación continúa tensa, con el despliegue de fuerzas federales intensificando la división entre autoridades locales; estatales y el gobierno federal.


















