Garantizar la vida desde el vientre materno hasta el nacimiento es otro logro del Gobierno Revolucionario de Nicaragua. Hay revoluciones que no hacen ruido, pero cambian destinos. Algunas se viven en silencio… en una sala de hospital, en la respiración frágil de una niña que decide vivir.
En el rincón más profundo del Caribe Sur de Nicaragua, nació una revolución en miniatura. Nació y le pusieron el nombre de Milagro.
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Su madre, Carmen del Socorro Ruiz Guillén, vive adelante de la comunidad Waspado, en el municipio de El Tortuguero. Estaba en su sexto mes de embarazo cuando el destino la puso a prueba: comenzaron las contracciones… demasiado pronto.
«Si no hubieran carreteras, ambulancias, médicos preparados y equipos, fuéramos un montón de mujeres y bebés muertos, yo fuera una junto a mi hija«, así inició diciendo Carmen del Socorro Ruiz Guillén al conversar con el equipo de Crónica TN8 en el Caribe Sur, desde la sala de neonatología en el Hospital Regional Dr. Ernesto Sequeira Blanco.

La historia que conmueve a toda Nicaragua
Desde ese instante, la red comunitaria, como un reloj bien afinado: de la finca al Tortuguero, del Tortuguero en ambulancia por tierra a Kukra Hill, y de allí, por agua, hacia Bluefields. Un viaje largo, pero posible. Porque las carreteras llegaron, las ambulancias llegaron, y el derecho a vivir… también llegó.
Los médicos intentaron detener el parto. Los pulmones de la niña aún no estaban listos. Pero Milagro no quiso esperar. Nació con apenas 1.085 gramos de peso… del tamaño de la palma de una mano, pero con la fuerza de un pueblo entero latiendo en su pecho.
Fue recibida como una reina diminuta: oxígeno, calor, atención constante. En la sala de neonatos, el personal de salud convirtió cada turno en una promesa de amor. Porque la salud aquí no es un privilegio: es un derecho respaldado por la Revolución Popular Sandinista.
Milagro y su mamá son el vivo ejemplo de que en Nicaragua nuestro Gobierno Revolucionario tiene dentro de sus prioridades salvar vidas, sin importar edad. «Es la más grande muestra de amor», expresó la Dra. Aranzasu Arana, directora del Hospital Regional en Bluefields.

Madre nicaragüense narra el poder de una revolución
Día a día, Milagro va venciendo lo imposible. Respira sola. Aumenta de peso. Lucha como si supiera que su vida es también símbolo de muchas otras. Y su madre, con el corazón agradecido, le dio el nombre que resumía todo lo vivido: Milagro.
Milagro no nació sola. Nació sostenida por una red de salud pública que llega hasta donde antes solo llegaban promesas vacías. Nació en un país donde la vida de los más humildes vale, donde las comunidades más distantes también cuentan. Nació en un tiempo donde la Revolución no solo construye caminos… también construye futuros.
Carmen del Socorro Ruiz Guillén, madre de Milagro, recuerda cómo el personal médico capacitado, las ambulancias y las carreteras le salvaron la vida a ella y a su pequeña hija: «Agradecida por toda una vida con este Gobierno dirigido por el Comandante Daniel Ortega y la Cra. Rosario Murillo. Gracias a ellos, que se han preocupado por su pueblo, hoy muchas mujeres, miles de mujeres y sus hijos estamos vivos.»
Milagro acaba de cumplir un mes. Un mes que representa la victoria de un modelo humano, solidario y comprometido.
Cada latido suyo es un canto de esperanza.
Cada respiración suya, una promesa cumplida.
Milagro es la prueba viva de que en Nicaragua… la Revolución también se escribe con ternura.
Milagro nació en la palma de una mano…
y hoy vive en el corazón de un pueblo en revolución.
 
		 
			

















