La octava y, según se anuncia, última entrega de la saga Misión: Imposible, titulada «La Sentencia Final», se estrenó el pasado 23 de mayo de 2025 con la promesa de cerrar una era dorada de acción, espionaje y hazañas imposibles.
Pero lo que debía ser un cierre triunfal terminó siendo una de las producciones más costosas y menos rentables del cine moderno.
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Con un presupuesto de 400 millones de dólares, más 150 millones en promoción, la inversión total ascendió a 550 millones. Paramount esperaba una recaudación global de al menos 800 millones, pero la película solo alcanzó los 596.5 millones.
Aunque logró el mejor arranque de la franquicia con 64 millones en su primer fin de semana, las pérdidas se estiman entre 200 y 300 millones.
Misión imposible 8: ¿fracaso de Tom Cruise?
Tom Cruise, en su doble rol como protagonista y productor, no escatimó esfuerzos. Se encargó de las escenas más arriesgadas, como volar colgado de un biplano o sumergirse con un traje de 56 kilos. También financió medidas sanitarias durante la pandemia para garantizar el rodaje.
La historia retoma los hechos de Sentencia Mortal (2023): Ethan Hunt y su equipo enfrentan a “La Entidad”, una inteligencia artificial descontrolada que amenaza con desencadenar una guerra global. La clave: un submarino ruso hundido con su código fuente.
El elenco mezcla rostros conocidos como Hayley Atwell, Ving Rhames y Simon Pegg, con nuevas incorporaciones como Esai Morales y Pom Klementieff. La producción enfrentó desafíos como un incendio millonario y la huelga de actores de 2023.
Aunque la misión no fue rentable, Misión: Imposible se despide como un ícono del cine de acción. ¿Será realmente el final? Solo el tiempo lo dirá.
