De la amenaza al alivio: avances en la recuperación de la capa de ozono

Foto: avances en la recuperación de la capa de ozono / Cortesía
Foto: avances en la recuperación de la capa de ozono / Cortesía

A mediados de los años 70, los científicos advirtieron que la capa de ozono estaba en peligro. En la década siguiente, se detectó un agotamiento severo sobre la Antártida; según la Secretaría del Ozono del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).

La capa de ozono, ubicada en la estratosfera entre 15 y 35 kilómetros sobre la superficie de la Tierra, actúa como un escudo invisible, protegiéndonos de la radiación ultravioleta (UV) nociva del sol; explica la fuente.

En ocasión del Día Internacional de la Preservación de la Capa de Ozono, que se conmemora el 16 de septiembre; conoce más sobre el agujero de ozono y los convenios globales que permitieron su recuperación.

Los investigadores advirtieron que el adelgazamiento en la capa de ozono que había provocado un “agujero” sobre la Antártida se debía principalmente al uso de sustancias químicas artificiales que contienen halógenos conocidas como sustancias que agotan la capa de ozono (SAO) y que se utilizaban en miles de productos de uso cotidiano.

Foto: avances en la recuperación de la capa de ozono / Cortesía
Foto: avances en la recuperación de la capa de ozono / Cortesía

“Las SAO más importantes fueron los clorofluorocarbonos (CFC), que en su momento se usaron ampliamente en aires acondicionados, refrigeradores; aerosoles e inhaladores para pacientes con asma”, detalla la fuente. También alertaron sobre otras sustancias químicas dañinas, como los hidroclorofluorocarbonos (HCFC), los halones y el bromuro de metilo.

Capa de ozono muestra signos de recuperación

“Ante la creciente evidencia de que los CFC dañaban la capa de ozono y la comprensión de las múltiples consecuencias de su agotamiento descontrolado, científicos y legisladores instaron a las naciones a controlar su uso”; recuerda el organismo de las Naciones Unidas.

En respuesta, los países establecieron un marco político global para enfrentar el problema. En 1985 se adoptó el Convenio de Viena para la Protección de la Capa de Ozono, que entró en vigor en 1988 y por el cual los países acordaron “investigar y vigilar los efectos de las actividades humanas sobre la capa de ozono y adoptar medidas concretas”.

Foto: avances en la recuperación de la capa de ozono / Cortesía
Foto: avances en la recuperación de la capa de ozono / Cortesía

Posteriormente, las naciones adoptaron el Protocolo de Montreal relativo a las Sustancias que Agotan la Capa de Ozono. Firmado en 1987, este tratado entró en vigor dos años después y ha cumplido sus objetivos: establecer un conjunto de “medidas prácticas y viables para la eliminación gradual de las SAO”.

En 2016, se firmó la Enmienda de Kigali para incluir medidas de control para reducir los hidrofluorocarbonos (HFC), sustitutos de las SAO que han demostrado ser potentes gases de efecto invernadero.