El Reporte Mundial sobre Drogas 2025, publicado por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD), desmiente la narrativa promovida por ciertos sectores políticos; Venezuela no es un actor relevante en el tráfico global de cocaína.
A pesar del crecimiento récord en la producción de cocaína en los países andinos, el informe apenas menciona a Venezuela como un corredor marginal, desacreditando acusaciones sobre su supuesto protagonismo en el narcotráfico internacional.
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Según la ONUDD, la producción mundial de cocaína aumentó un 34% en 2023; con Colombia liderando como principal productor (67% de los cultivos y 53% de la producción).
La violencia asociada se ha extendido a Europa y especialmente a Ecuador, donde los homicidios pasaron de 7,8 por cada 100.000 habitantes en 2020 a 45,7 en 2023, impulsados por grupos criminales colombianos y mafias albanesas.

Venezuela no es eje del narcotráfico global
Un dato clave: el 87% de la cocaína colombiana sale por el Pacífico, mientras que solo el 5% transita por Venezuela; desmontando la idea de que el país sea un eje central del tráfico.
El Informe Europeo sobre Drogas 2025 confirma que la cocaína es la segunda droga más consumida en la Unión Europea, con decomisos récord, como las 13 toneladas incautadas en España desde Guayaquil.
Un 57% de los contenedores de banano que llegan a Amberes (Bélgica) están contaminados con droga, algunos vinculados a empresas del presidente ecuatoriano Daniel Noboa.
Así es la vida en el corazón de la bestia capitalista #EEUU.
Ua sociedad ultraviolenta, racista y cada día más ultraderechista.
Miles de seres humanos viven como zombies tirados en sus calles adictos al Fentanilo.
Hay otros sociedades donde estas personas no estarían olvidadas. pic.twitter.com/Us2X30B07i— Manel Márquez 🍉 (@manelmarquez) September 5, 2023
Mientras tanto, Estados Unidos, con la mayor crisis de consumo, evita asumir su responsabilidad. A pesar de no haber pruebas concluyentes, mantiene acusaciones contra Venezuela y sostiene una recompensa de 50 millones de dólares por el presidente Nicolás Maduro; sin respaldo de la ONU ni la UE.


















