El próximo miércoles, 4 de junio, la Plaza del Congreso en Argentina será el epicentro de una jornada de protesta multisectorial, que incluye a jubilados, feminismos y trabajadores, contra las políticas implementadas por el Gobierno de Javier Milei.
Bajo la consigna «la resistencia crece», diversos colectivos y agrupaciones confluirán para expresar su rechazo unificado al ajuste y la crueldad que afecta a amplios sectores de la sociedad argentina.
- Te puede interesar: Represión policial en Panamá deja a joven indígena muerta
A la habitual marcha semanal que los jubilados realizan al Congreso una convocatoria que ya suma 15 ediciones en lo que va de 2025 y ha sido sistemáticamente reprimida por las fuerzas de seguridad, se sumarán organizaciones feministas, en el marco de la semana en que se conmemora la jornada #NiUnaMenos.
También estarán presentes científicos del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet), trabajadores del Hospital Garrahan, personas con discapacidad, usuarios y prestadores médicos, migrantes afectados por reformas en el régimen migratorio; y otros sectores que denuncian desfinanciamiento y falta de políticas públicas.

Manifestaciones en Argentina
La convergencia de todas las convocatorias está prevista a partir de las 16:00 (hora local).
Esta movilización también coincidirá con una sesión en la Cámara de Diputados, donde la oposición política buscará nuevamente tratar y aprobar proyectos de ley que apuntan a una nueva prórroga de la moratoria previsional y a otorgar un aumento por única vez para adultos mayores.
Las iniciativas, sin embargo, enfrentan el anticipo de veto por parte del Gobierno nacional; que argumenta la necesidad de «preservar el superávit fiscal».
📣 Marcha de los jubilados: se suman feministas, personas con discapacidad, profesionales del Garrahan y Conicet. https://t.co/YtanzCt6qG pic.twitter.com/oG27Ka14an
— Tiempo Argentino (@tiempoarg) June 2, 2025
La situación de los adultos mayores en Argentina es descrita como alarmante, con un número creciente de jubilados obligados a reincorporarse al mercado laboral.
En este sentido, la tasa de actividad de las personas de 66 años o más alcanzó un máximo histórico del 16,6 % a fines de 2024, un pico no visto desde 2019.
De los 78.500 nuevos ocupados en el último año, unos 42.000 son jubilados. Esta tendencia se agudiza «cuando la jubilación mínima cae en términos reales».
El haber mínimo jubilatorio, apenas superior a los $300.000 (ubicándose en 304.700 pesos, más un bono congelado de $70.000 desde marzo de 2024), resulta insuficiente para cubrir la canasta básica para adultos mayores, que supera el millón de pesos ($1.200.523; según la Defensoría de la Tercera Edad de CABA).

Esta brecha hace cada vez más difícil afrontar la suba de alimentos, medicamentos y vivienda; todos ellos con precios desregulados o con incrementos significativos. Se estima que siete de cada diez jubilados argentinos tienen ingresos insuficientes para subsistir.
La pérdida de poder adquisitivo desde que asumió el actual Gobierno es significativa, con una caída del 27 %; que implica una pérdida acumulada superior a los 3 millones de pesos ($3.120.946 por jubilado).
Servicios esenciales se cuadruplican
A esto se suma el peso de los servicios esenciales (luz, gas, agua). Por la desregulación económica, su costo se cuadruplicó durante la gestión actual.
Los jubilados que perciben la mínima destinan hoy el 10,5 % de sus ingresos a estos servicios, frente al 6,2 % en diciembre de 2023.
Asimismo, los medicamentos, esenciales para este grupo etario, tuvieron un incremento interanual del 172 % a marzo de 2025, 124 puntos porcentuales por encima de la suba general de medicamentos.
🇦🇷✊🏻 Jubilados resisten a la represión de #Milei en Argentina
🔸 Un nuevo miércoles de protestas y represión contra los jubilados argentinos se vivió en #BuenosAires ante la dramática situación de los ancianos en esa nación.
🎙 Nuestro corresponsal @SebaSalgadoOk reporta. pic.twitter.com/86P84vHUpA
— HispanTV (@Nexo_Latino) May 29, 2025
Además, más del 7,3 % de los adultos mayores dependen de un alquiler, el doble que hace 20 años; en un contexto donde la derogación de la normativa previa ha generado subas trimestrales, contratos cortos y exigencia de pagos extraordinarios.
 
		 
			

















