La Plaza San Martín, ubicada en el corazón del centro histórico de Lima; en Perú, fue el escenario principal de una multitudinaria protesta ciudadana durante el fin de semana.
Miles de personas, entre ellas estudiantes, colectivos sociales y organizaciones populares; se congregaron para expresar su rechazo al gobierno de la presidenta Dina Boluarte y al sistema político que consideran responsable de la actual crisis institucional.
Las manifestaciones, organizadas para los días 20 y 21 de septiembre, surgieron en gran parte a través de redes sociales, con una destacada participación de jóvenes de la Generación Z. Bajo el lema “El pueblo se levanta: día del despertar peruano”; los participantes demandaron reformas profundas en el sistema de gobierno y denunciaron una falta de representación democrática.
“La gente ya no aguanta más”: Miles de manifestantes intentan tomar a la fuerza las instituciones públicas en Perú 🇵🇪. “Generación Z” encabeza la protesta.
Nadie se come el humo de la prensa y concursos de chicharron cuando un pueblo pasa hambre y hay niños desnutridos. pic.twitter.com/LgXMKcKD6i
— Sebastián Vinelli (@VinelliU) September 20, 2025
A pesar del cordón policial desplegado en los alrededores de la plaza, los manifestantes lograron romper el cerco de seguridad; lo que derivó en los primeros enfrentamientos con las fuerzas del orden. La protesta se extendió hacia la avenida Abancay, donde se reportaron pequeños incendios en mobiliario urbano y uso de perdigones contra civiles y periodistas; estos últimos mientras intentaban cubrir los hechos.
Miles toman las calles en Lima, Perú
Medios locales e internacionales confirmaron que un grupo de manifestantes intentó acceder al Palacio de Gobierno, siendo reprimido con gases lacrimógenos por la policía. Además, se registraron detenciones y un número indeterminado de personas heridas durante los enfrentamientos, aunque hasta el momento no se ha difundido un balance oficial de lesionados.

Las protestas en Perú responden a una creciente percepción de inseguridad y criminalidad en el país, así como a cuestionamientos sobre la legitimidad política de Boluarte; a quien diversos sectores acusan de mantener vínculos con figuras del pasado político peruano, como Keiko Fujimori, perteneciente a una dinastía históricamente señalada por casos de corrupción.
Los manifestantes demandan reformas profundas, mayor transparencia en la gestión pública y el respeto a los derechos fundamentales de la ciudadanía; en un contexto marcado por el descontento social y la desconfianza hacia las instituciones.
 
		 
			

















