Cada 31 de octubre, Nicaragua se suma a la celebración mundial de Halloween, una fecha que ha ido ganando terreno entre jóvenes y adultos por igual.
Aunque no forma parte de las tradiciones del país, la llamada Noche de Brujas se ha convertido en una oportunidad para la creatividad, la diversión y; en muchos casos, la mezcla de costumbres locales con influencias extranjeras.
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En Managua, los bares, discotecas y centros comerciales se transforman con decoración de calabazas, fantasmas y luces tenebrosas.
Los concursos de disfraces son los protagonistas, y no faltan quienes se inspiran tanto en personajes clásicos del cine de terror como en figuras del folclore nicaragüense, como La Mocuana, La Cegua o El Padre sin Cabeza. Esta fusión de lo global con lo nacional da a la festividad un sello propio.
Halloween en Nicaragua
Sin embargo, aunque algunos sectores conservadores han mostrado reservas hacia esta celebración, Halloween en Nicaragua sigue creciendo año tras año. Hoy representa mucho más que disfraces y fiestas; es una muestra de cómo el país adapta las influencias culturales, manteniendo vivo su espíritu alegre y festivo.



















