
En el catálogo de plataformas como Filmin y A‑Contra+ está disponible una pieza fundamental del cine japonés: la película de 1961 Yojimbo (conocida en español como El mercenario), dirigida por Akira Kurosawa y protagonizada por Toshirō Mifune.
En ella, un rōnin sin amo —Sanjurō— llega a un pueblo controlado por dos bandas criminales enfrentadas. Con cinismo, astucia y humor, decide manipular a ambos bandos para su propio provecho, mientras cuestiona y subvierte la imagen clásica del samurái noble.
Lo que hace a Yojimbo especialmente relevante hoy no solo es su brillante composición visual o su ritmo implacable, sino que redefinió el arquetipo del antihéroe y transformó el western clásico. De hecho, en 1964 Sergio Leone estrenó Por un puñado de dólares con una trama casi idéntica, lo que provocó un conflicto legal con Kurosawa.
Décadas después, su influencia sigue viva en el cine contemporáneo. Quentin Tarantino ha reconocido que Yojimbo le inspiró directamente para Django Unchained (2012), especialmente en la figura del forastero que irrumpe en un sistema corrupto.

Así influyó Akira Kurosawa en el cine de Quentin Tarantino
Revisitar esta obra hoy significa adentrarse en un cine que trasciende géneros, culturas y épocas. Cada visionado revela nuevas capas: desde la valentía de la puesta en escena hasta la agudeza del guion que juega con moralidades ambivalentes. Según Slant, Yojimbo es “un ejemplo de manual de obra perfecta que gusta a todo el mundo”.
En una era saturada de cine pop y remakes, esta película recuerda que la innovación no siempre reside en lo nuevo sino en cómo se reconfiguran las formas con audacia. Así que sí: si aún no la has visto, es probable que Yojimbo sea una de esas películas que tienes que ver al menos una vez en la vida. Y si ya lo hiciste, tal vez sea momento de volver a ella, porque la influencia de Kurosawa está viva en cada plano que hoy vemos como; “clásico contemporáneo”.
 
		 
			
















