En el bullicio del Italian Market, en Filadelfia, una nicaragüense está poniendo el nombre del país en alto. Se llama Meyling Moreno y su pequeño Café Duskaia se ha convertido en parada obligada para quienes buscan probar el verdadero sabor de Nicaragua.
El plato más pedido es el chancho con yuca. Sobre una hoja de plátano, Meyling sirve una montaña de yuca tierna, cerdo jugoso, ensalada de repollo y pico de gallo. Todo con ese toque casero que te transporta directo a una fritanga en Managua.
También prepara a mano las tortillas para los quesillos, con queso, cebolla y crema, tal como los de la calle. Y en su menú no falta la fritanga, con carne asada, arroz, frijoles, tajadas y ensalada. Por si fuera poco, hace nacatamales con la receta tradicional: masa de maíz, verduras y arroz, envueltos en hoja de plátano y cocinados por tres horas. Un viaje de sabor y nostalgia.
Pero Meyling no solo lleva la comida de su tierra. También lleva su café. Cultiva su propio lote en la finca familiar en el norte de Nicaragua, y los granos que tuesta y vende provienen de mujeres productoras.
Nicaragua presente con su gastronomía en Café Duskaia
Su meta es compartir la historia detrás de cada taza; desde la montaña hasta el corazón de Filadelfia.
Si querés tomar café como un nica de verdad, pedilo caliente y con triple colado. Así, simple y auténtico.
Café Duskaia está en el 1007 South 9th Street, en Filadelfia, Pensilvania.
Más que un negocio, Café Duskaia es un pedacito de Nicaragua en tierra ajena. Un espacio donde el aroma del café se mezcla con la nostalgia y donde cada plato recuerda que las raíces no se olvidan, se sirven con orgullo.
