Bad Bunny sorprendió al público al rendir homenaje a El Chavo del Ocho, uno de los programas más icónicos de la televisión latinoamericana, durante el estreno de la temporada 51 de Saturday Night Live el 4 de octubre. El artista puertorriqueño cerró SNL interpretando a Quico, el hijo consentido de Doña Florinda.
El sketch, que duró más de tres minutos, respetó el espíritu familiar del programa original. La historia seguía la vida de un niño huérfano que vive en el patio de la vecindad en México, mezclando comedia con nostalgia. Por lo tanto, más que una parodia, fue un homenaje que conectó con varias generaciones.
El reparto incluyó a Marcello Hernández como El Chavo, Sarah Sherman como La Chilindrina y Benito interpretando a Quico. Andrew Dismuke dio vida a Don Ramón y Chloe Fineman a Doña Florinda. Kenan Thompson apareció como el casero Señor Barriga, rebautizado Mr. Stomach, y Jon Hamm como el Profesor Jirafales.
El segmento combinó risas y guiños al público internacional, mostrando la vigencia de los personajes creados por Roberto Gómez Bolaños. Cada interpretación mantuvo el tono entrañable y familiar que hizo del programa un clásico. La química entre los actores reforzó el homenaje.
El Chavo del Ocho cobra vida gracias a Bad Bunny
La aparición de Bad Bunny llega tras anunciar que encabezará el espectáculo del medio tiempo del Super Bowl 2026. El evento será producido por Apple Music y supervisado por Roc Nation y Jesse Collins. Su presentación está programada para el 8 de febrero en San Francisco.
Durante su monólogo, Bad Bunny habló en inglés y español, destacando la importancia de la cultura latina. “Más que un logro mío, es un logro de todos, demostrando que nuestra huella y aportación en este país nadie nunca la podrá borrar”, afirmó ante los aplausos del público. También bromeó con sus críticos, generando risas.
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El sketch de El Chavo del Ocho en SNL demuestra cómo la televisión y la música pueden cruzar fronteras. Bad Bunny utilizó la plataforma para rendir tributo a la cultura latina y a un programa que marcó generaciones. La mezcla de humor, nostalgia y carisma consolidó un momento inolvidable en la televisión estadounidense.
