La Semana de la Moda de Milán cerró su edición más emotiva con el último desfile diseñado por Giorgio Armani. El maestro italiano, fallecido recientemente a los 91 años, dejó como legado final la colección Primavera-Verano 2026, que se convirtió en un verdadero testamento de estilo y sofisticación.
El escenario, la Pinacoteca di Brera, fue cuidadosamente elegido. Farolillos y la música en directo del pianista Ludovico Einaudi crearon un ambiente solemne y cargado de simbolismo. Los invitados, vestidos de negro, aportaron un aire de respeto y recogimiento, convirtiendo el evento en un auténtico cortejo visual.
La colección, titulada “Pantelleria, Milán”, evocó los lugares más significativos en la vida del diseñador. Prendas fluidas, etéreas y ligeras en tonos grises, azules profundos y neutros recordaron el mar y la piedra, mientras siluetas largas y estilizadas reforzaban la elegancia minimalista que siempre caracterizó a Armani.
Los vestidos y trajes se deslizaron sobre la pasarela como una segunda piel, con transparencias brillantes y bordados sutiles.
Modelos en homenaje al maestro Giorgio Armani
Uno de los detalles más emotivos fue que las modelos caminaron en parejas, un gesto poco habitual que reforzó el sentimiento de despedida y unión, transmitiendo emoción contenida en cada paso.
Este desfile trascendió lo estético y se convirtió en un ritual de despedida, un epitafio en forma de moda. Armani estuvo presente en cada gesto, más vivo que nunca, dejando claro que su legado permanecerá intacto.
Desde que fundó su firma en 1975, redefinió la moda italiana con elegancia atemporal, minimalismo sofisticado y un estilo global que abarca desde ropa hasta perfumes y hoteles.
El futuro de la casa Armani queda en manos de su equipo, pero la esencia del maestro seguirá latiendo en cada diseño. Su huella será eterna, y el mundo de la moda lo despide celebrando su legado.
