Venezuela denunció ante organismos internacionales, incluida la FAO, un intento de EE. UU. de obstaculizar la actividad pesquera en aguas venezolanas. Por lo tanto, la medida sigue a la interceptación del pesquero Carmen Rosa el 12 de septiembre en la ZEE venezolana, un hecho que Caracas considera una violación a su soberanía.
Delcy Rodríguez calificó la acción estadounidense como desproporcionada y peligrosa. Los pescadores de la embarcación permanecieron retenidos durante más de ocho horas, mientras un buque militar armado con misiles abordaba la nave civil de manera hostil; vulnerando los derechos humanos de los trabajadores del mar.
Caracas resaltó su larga trayectoria en la pesca del Caribe y la sólida cadena de transformación de sus productos. El gobierno considera inaceptable que Estados Unidos intente frenar esta actividad mediante operaciones injustificadas y contrarias al derecho internacional; afectando la producción y la seguridad de los pescadores.
El presidente Nicolás Maduro respaldó la paciencia y disciplina de los pescadores, liberados tras la mediación de las autoridades. Maduro aseguró que la operación estadounidense buscaba un pretexto para generar un incidente mayor, pero enfatizó que la Fuerza Armada Nacional Bolivariana mantiene la soberanía y no caerá en provocaciones.
Venezuela acusa a EE. UU. de obstaculizar la pesca con maniobras militares
El incidente se suma a tensiones recientes en el Caribe sur por despliegues militares de EE. UU. contra cárteles. Caracas denunció que estas maniobras buscan presionar políticamente al país y apoderarse de sus recursos naturales; mientras se cuestiona la legitimidad de las acusaciones estadounidenses contra Maduro.
Maduro convocó al alistamiento voluntario en la Milicia Bolivariana para defender la soberanía nacional. Además, el gobierno instó a organismos internacionales a condenar lo que considera un acto de hostilidad y agresión; protegiendo los derechos de los trabajadores del mar y asegurando el libre ejercicio de la actividad pesquera.
