Las intensas precipitaciones del monzón en Pakistán han provocado inundaciones y desprendimientos de tierra que causaron la muerte de más de 350 personas en las últimas 48 horas, principalmente en la provincia noroccidental de Khyber Pakhtunkhwa, una de las zonas más golpeadas por el desastre.
Las autoridades han advertido que a partir de este domingo comenzará una nueva etapa de lluvias intensas, lo que podría agravar aún más la situación.
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En su más reciente informe, la Autoridad Nacional de Gestión de Desastres (NDMA) confirmó que la mayoría de las víctimas se registraron en la región montañosa de Khyber Pakhtunkhwa, donde al menos 328 personas han fallecido desde el pasado viernes.
Un portavoz del gobierno provincial, Muhammad Ali Saif, declaró que la cifra de afectados asciende a 3.817 personas; mientras los equipos de rescate enfrentan grandes dificultades para llegar a las zonas aisladas.

Inundaciones en Pakistán
Las inundaciones han destruido viviendas, cultivos, ganado e infraestructura crítica, lo que complica aún más las labores de auxilio. Con estas cifras, el balance total de fallecidos desde el inicio del monzón el pasado 26 de junio se eleva a 645 muertos y más de 900 heridos, según la NDMA.
Por su parte, el Departamento Meteorológico de Pakistán (PMD) alertó que las lluvias se intensificarán hasta el jueves, especialmente en Cachemira y Punjab, lo que podría provocar nuevos desbordamientos de ríos y inundaciones repentinas. Las autoridades de Punjab ya han emitido alertas rojas en varios distritos por el aumento del nivel de los ríos, alimentado por las lluvias y el deshielo de glaciares.
Más de 300 personas murieron y 23 resultaron heridas en las últimas 48 horas por lluvias torrenciales, inundaciones y deslizamientos de tierra en la región norte de #Pakistán🇵🇰, donde las autoridades aún luchan por hacer llegar ayuda a las zonas afectadashttps://t.co/VRr1fOkeRQ
— teleSUR TV (@teleSURtv) August 16, 2025
Este desastre reciente subraya la vulnerabilidad de Pakistán ante fenómenos climáticos extremos, exacerbados por el cambio climático. Eventos similares en 2010, 2022 y ahora en 2025 confirman una tendencia alarmante. En 2022, las lluvias sin precedentes dejaron 1.700 muertos y pérdidas de más de 30.000 millones de dólares.


















