Bubba Wallace vivió un momento histórico este domingo al convertirse en el primer piloto negro en ganar una carrera importante en el óvalo del Indianapolis Motor Speedway. Su triunfo en el Brickyard 400 fue una hazaña marcada por la tensión, la estrategia y una determinación inquebrantable.
Wallace, de 31 años, resistió un retraso de 18 minutos por lluvia, dos tiempos extras y la presión del actual campeón de la carrera, Kyle Larson, que lo persiguió en los reinicios finales. Además, enfrentó el temor de quedarse sin combustible en las últimas vueltas, lo que obligó a su equipo a tomar decisiones cruciales bajo presión.
“Al salir de la curva 4 supe que lo lograría… a menos que nos quedáramos sin gasolina”, dijo Wallace. “Me sorprendió no romper en llanto”.
Esta fue su tercera victoria en la Serie de la Copa NASCAR y la primera en una de las cuatro carreras más prestigiosas del calendario (junto a Daytona 500, Coca-Cola 600 y Southern 500). También rompió una racha de 100 carreras sin ganar, desde su último triunfo en Kansas en 2022, y aseguró su lugar en los playoffs.
Bubba Wallace triunfa en Indianápolis
Larson había reducido una ventaja de más de cinco segundos cuando apareció la bandera amarilla por lluvia. Wallace lideró ambos reinicios y evitó que Larson se convirtiera en el cuarto piloto en ganar el Brickyard 400 dos años seguidos.
La victoria también sirvió como redención, luego de que Wallace perdiera la pole position el sábado en el último momento. Este domingo, no dejó dudas.
El triunfo da un impulso importante al equipo 23XI Racing, copropiedad de Michael Jordan y Denny Hamlin, en medio de su disputa legal con NASCAR por el estatus de su charter. Wallace, por su parte, se consagra como figura clave del presente y futuro de la categoría.
