Suwayda, ciudad del suroeste de Siria, vivió el domingo una alarmante escalada de violencia armada que dejó más de 30 muertos y más de 100 heridos; según informó el Ministerio de Defensa del Gobierno de Hayat Tahrir al Sham (HTS).
Los sangrientos enfrentamientos se registraron en el barrio de al-Maqous, entre facciones de beduinos armados y militares drusos.
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La región, de mayoría drusa, ya había sido escenario de violencia en abril y mayo por choques entre combatientes drusos y fuerzas del régimen de Ahmed Al-Sharaa.
Según reportes de Al Mayadeen, se utilizaron armas de mediano alcance, y la violencia obligó a cerrar la carretera Suwayda-Damasco. En respuesta, el Ministerio de Educación de Siria, aplazó los exámenes de secundaria previstos para el lunes.

Infierno en Siria
Civiles fueron brevemente detenidos por milicianos beduinos y luego liberados tras la mediación del jeque Youssef Jarboua y otras figuras religiosas. Fuentes locales señalaron ataques coordinados desde tres frentes contra la aldea de al-Sura al-Kabira; lo que provocó desplazamientos forzados de la población.
Mientras tanto, el gobernador Mustafa al-Bakour llamó a la moderación y el líder druso Hammoud al-Hanawi exigió a Al-Sharaa frenar las provocaciones. El Movimiento Hombres de Dignidad responsabilizó al Gobierno por la inacción frente a asaltos repetidos y la inseguridad vial entre Suwayda y Damasco.
El movimiento denunció el “vacío institucional” y la falta de acción estatal que agravó el caos. Aunque las tensiones comenzaron a calmarse por gestiones tribales, el Ministerio de Defensa de Siria admitió su preocupación, pero evitó asumir responsabilidad; anunciando el despliegue de unidades militares y corredores seguros para proteger a la población.


















