El inicio de julio trae altas temperaturas. Ante este escenario, el aire acondicionado se convierte en un aliado indispensable para enfrentar el bochorno; aunque su uso puede disparar el consumo energético y afectar el presupuesto doméstico.
La Organización de Consumidores, señala que el gasto energético no depende solo de las horas de funcionamiento, sino principalmente del modo de uso del equipo.
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Un error común es modificar de forma brusca la temperatura del termostato. La recomendación es mantenerla entre 24 y 25 grados, ya que cada grado menos puede aumentar el consumo hasta un 10 %. Por ejemplo, con 33 °C en el exterior, mantener 25 °C en el interior garantiza confort sin sobrecargar la factura.
La tecnología inverter, presente en la mayoría de los equipos modernos, permite un funcionamiento continuo y más eficiente, evitando el encendido y apagado constante que eleva el consumo.

Ola de calor y aire acondicionado
Asimismo, es recomendable encender el aire acondicionado antes de que la vivienda acumule calor excesivo, especialmente en las primeras horas del día, para enfriar rápido y con menor esfuerzo.
Durante la noche, se aconseja programar el apagado automático para aprovechar la bajada natural de temperatura y evitar el gasto innecesario.
Para reducir el consumo sin perder confort, los expertos sugieren activar el modo ECO, mantener los filtros limpios, usar ventiladores de techo, cerrar puertas para enfriar zonas específicas y evitar dirigir el aire frío directamente hacia las personas.

Finalmente, el aire acondicionado no reemplaza una buena ventilación natural y medidas pasivas como bajar persianas o correr cortinas, que ayudan a disminuir la temperatura interior y el consumo energético.


















