“La moda no es solo un atuendo, es un relato sobre quiénes creemos ser y cómo nos enfrentamos al mundo”; afirma la artista argentina Amalia Ulman, quien volvió a sorprender con su nueva película Magic Farm, una sátira hilarante y crítica que debutó en el Festival de Berlinale.
La cinta presenta un singular choque cultural entre una ruralidad argentina idílica y un equipo de medios estadounidense, liderado por Chloë Sevigny, en busca de contenido viral.
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Ulman no solo dirige y protagoniza la obra, sino que también diseña el vestuario, usando la moda como herramienta narrativa. “El buen diseño de vestuario consiste en sumar a la historia sin distraer”; asegura.
Vestida con atuendos ecuestres, Ulman se integró al set más allá de la actuación, reafirmando su visión de que estilo y narrativa van de la mano. Su vida personal y evolución estética desde su adolescencia con estilo twee hasta su etapa como aprendiz de payaso se reflejan en cada detalle visual.

Amalia Ulman sobre el vestuario como relato
La directora utiliza el humor para lanzar una crítica punzante al sensacionalismo mediático y la banalización cultural. Magic Farm no solo entretiene, sino que cuestiona cómo las tendencias pueden distorsionar realidades.
“Estamos viendo cómo la propaganda lleva a sitios peligrosos”; advierte Ulman, dejando claro que su cine no busca solo provocar risas, sino también reflexión.
Con esta producción, Ulman reafirma su talento para entrelazar arte, crítica social y moda, posicionándose como una voz imprescindible en el cine contemporáneo.

Magic Farm no es solo una película; es una declaración sobre los peligros de la ignorancia y la importancia del pensamiento crítico.


















