Cada Semana Santa, las calles del barrio Rubén Darío en Managua se llenan de vida, risas y música. Las familias del sector han convertido en tradición sacar piscinas a la calle como una forma asequible y divertida de combatir el calor en “chapuzones” y compartir en comunidad sus vacaciones.
“Pasamos todo el año recogiendo para comprar piscinas y creemos que esto no se puede quitar de acá porque es algo que une a las familias”, dijo Mateo Balmaceda.
“Las piscinas las instalamos desde ayer, martes santo, y las quitamos hasta el domingo. Como tenemos bastantes niños, por eso preferimos disfrutar en casa; así los estamos viendo, nos divertimos sanamente y no corremos peligro en la carretera”, dijo Damaris Rugama, quien preparaba una rica carne asada.
Niños y adultos disfrutan de esta costumbre que lleva 16 años y se sigue transmitiendo de generación en generación. Más allá del entretenimiento, refuerza los lazos vecinales y refleja la creatividad con la que los managuas celebran en medio de las altas temperaturas.
Así se celebra la Semana Santa en Rubén Darío de Managua
“Nosotros pedimos permiso a la Alcaldía y a la Policía para estar aquí. Aquí nos preparamos con tiempo, asamos carne, pollo, pescado, y lo importante es no perder la tradición”, dijo doña Carla Carrión, quien también calentaba su parrilla.
“Aquí estamos alegres con mis primos y los vecinos, pasamos todo el día”, dijo el niño Manuel Carrión mientras se hacía un buen clavado.
“Tenemos 16 años de sacar esta piscina. Quitamos los vehículos y desde la madrugada llenamos las piscinas, y aquí nos sentimos muy bien, en familia y cuidando a los niños”, dijo Teresa López, fundadora de esta tradición.
Entre toldos improvisados, música y el característico aroma a comida típica, el barrio se transforma por unos días en un pequeño oasis urbano. Aunque algunos cuestionan el uso del agua y el poco acceso del tráfico, para muchos esta tradición es símbolo de alegría popular y un respiro necesario en la vida cotidiana.
