La exdirectora de una prisión en Lancashire (Reino Unido) ha sido llevada a juicio por mala conducta, acusada de presuntamente entablar una relación afectiva con un traficante de drogas que cumplía una condena en su penitenciaría.
Kerri Pegg, de 42 años, compareció esta semana ante un tribunal y dijo entre lágrimas que había sido «increíblemente estúpida», aunque negó haber cometido algún delito, informó este miércoles el diario The Standard.
Se presume que la exfuncionaria de prisiones se involucró con el reo Anthony Saunderson, jefe de una banda de narcotraficantes, y que firmó su liberación temporal en mayo del 2019 sin la debida autorización.
En agradecimiento, el criminal le habría regalado un Mercedes-Benz, comprado con las ganancias del tráfico de 34 kilogramos de anfetaminas, señala The Guardian. Saunderson fue puesto tras las rejas por otros delitos años más tarde.
Escándalo en Reino Unido
La Policía encontró el sedán durante un allanamiento en la casa de Pegg en noviembre del 2019, donde también se detectaron rastros de ADN de Saunderson (en un cepillo de dientes y en unas chanclas). Al mismo tiempo, se hallaron mensajes de texto en el teléfono del mafioso que constataban la «naturaleza continua» de la relación entre ambos; según se alegó en la corte.
Pegg explicó que, en el 2020, Saunderson —aún en libertad— le dijo que se sentía deprimido y que quería que alguien lo escuchara, y la convenció de comprar un teléfono barato y una tarjeta SIM; a través del cual mantuvieron contacto.
«No pensé que estuviera haciendo nada malo, pero cuando miro hacia atrás, veo que fui increíblemente estúpida. Ahora miro hacia atrás y pienso: ‘¿Por qué hice eso?'», dijo.
La británica fue arrestada en el 2021 y acusada de dos cargos de mala conducta en un cargo público y uno por posesión de propiedad criminal; relacionado con el lujoso auto. Su juicio continúa.
